La mayoría de las veces no nos damos cuenta pero con las invitaciones de tu boda ocurre lo mismo que cuando entras en una casa.
Declaración de intenciones.
Cuando recibes a alguien en tu casa o vas de invitado a una, el recibidor, la entrada, marca mucho el estilo de decoración de la misma, y en esencia tu estilo, personalidad y forma de ser, es tu tarjeta de presentación, la primera impresión y lo que da pie para entender más a fondo cómo es la filosofía de vida de una persona.
Pues llevando este símil a tu boda, esta carta de presentación son las invitaciones de boda, es la primera impresión, lo que marca el estilo de tu boda, el color, lo que les espera… por eso hay que darles la importancia que merecen, y más ahora, que las posibilidades son infinitas.
El inicio de ese hilo conductor a través del cual todo fluye y hace ver que has cuidado mucho tu boda y todo lo relacionado a ella.
Miles de posibilidades.
Hoy en día las posibilidades, estilos, colores, formas son infinitas, así que no hay excusa para enviar unas invitaciones que no tengan nada que ver con vosotros, que sean como un trámite más, aburridas, sin vida, es vuestra boda, vuestra fiesta, muéstrate.
La originalidad está a vuestra disposición, si además queréis contar con profesionales que os asesoren podréis encontrar «vuestra invitación» a buenos precios, sin dar millones de vueltas y orientando el resto de la papelería de la boda en la misma dirección.
Originalidad.
Os dejamos unos ejemplos, no cerréis vuestra mente, no os quedéis con esa imagen de antaño de invitaciones planas y estándar sin esa esencia que os hace únicos, esas que acaban en un cajón y que cuando las recibisteis no os causaron la mínima impresión, esas que porque ponen los nombres porque sino nunca las identificaríais con los novios que os las enviaron.
Y vuestras invitaciones, ¿os definen?
¿Te atreves a innovar?
¿Eres más de estándar o de personalización?