Tras años de relación llega el momento esperado, tras el «Sí, quiero» una maquinaria se pone en marcha dentro de la cabeza de cada novia, de su madre, familiares y amigas, y en toda cabeza de novia, la primera cosa que nos asalta es el vestido de novia.

¿Quién de pequeña no ha soñado con ese día? ¿Cómo sería el banquete, el baile, la comida, el espacio? Y sobre todo ¿Cómo sería nuestro vestido de novia?

Muchas veces la idea está más que diseñada en nuestra cabeza, lo tenemos muy claro pero llegado el momento nos asaltan las dudas, los consejos de los demás y sobre todo las maravillas de moda nupcial que van apareciendo.

Hoy en día el tradicional vestido de princesa va diluyéndose, sin desaparecer puesto que cada novia es un mundo y cada cuerpo, estilo, gusto, deseo…. Cada vez vemos más formas de entender la moda nupcial, lo preestablecido no es objeto de imposición, hay nuevos diseñadores, jóvenes talentos que vienen pisando fuerte, aportando un aire renovado a esa «novia de hoy».

En esa observancia de la tendencia escuchamos cada vez más nombres que hasta hace años eran completos desconocidos pero que con su trabajo y perseverancia están haciéndose un hueco en este sector tan bonito pero tan complicado a su vez.

Hoy me detengo en una firma, Demi Novias, donde Lucía de Miguel, su joven creadora es el alma mater de un equipo de modistas que pasman en cada puntada el alma de la novia y las instrucciones claras de su creadora.

Lucía es una mujer moderna contemporánea que deja fluir la evolución en el sector de una manera natural, sin estridencias, finamente de manera que sus novias son esencia de elegancia, naturalidad, independencia, romanticismo y sobre todo elevan a la máxima expresión la personalidad de cada una de ellas.

En su atelier situado en la calle Alcalá de Madrid las novias son atendidas con gusto, cariño y esmero, te hacen sentirte cómoda y a gusto mientas su idea se empieza a visualizar, se da forma sin permanecer en estereotipos y líneas intransitables. No, desde líneas rectas y marcadas a lo etéreo de finas caída de gasa y plumeti, detalles en puños y botonaduras, transparencias, escotes en la espalda, color… Son vestidos que hacen volar la imaginación y envuelven a las novias en halos de dulzura, romanticismo y modernidad.

Serendipia.

Su colección de nombre «Serendipia» me ha parecido ideal, conjuga a la perfección lo romántico con ese espíritu bohemio que tantas veces plasma en sus creaciones.

Creada en conjunto con Helen Joe Make Up, nos transporta a la esencia de su nombre, serendipias en obras literarias, cuando un autor escribe sobre algo que ha imaginado y que no se conoce en su época, y se demuestra posteriormente que eso existe tal como lo definió el escritor, con los mismos detalles.

Novias de otras épocas donde no se imponen las princesas de cuento pero esa esencia es la que realmente fluye en el interior.